El 22 de julio cierra  en el Espacio LV – La Vinoteca, la muestra “Mi orden. Un orden otro”, retrospectiva de Beatriz Suáres.

Bajo el lema “geometrías desordenadas”, sus cuadros se expondrán junto con los de cuatro artistas invitados: Ana Fabry, Andrés Paredes, Marina Curci y Teresa Dürmuller. La muestra fue acompañada por charlas que pusieron el foco sobre las mujeres más importantes del arte y la literatura en el campo cultural argentino.

La artista responde qué significa esta muestra para su carrera.

– ¿Qué significa en tu carrera la posibilidad de reunir tu obra en una retrospectiva?Para mí tiene más que ver con mostrar esos años vividos con pasión, puestos en la pintura, que no están documentados, sólo en mi memoria.

– ¿Cómo fue el proceso de armado de la muestra?
Fue como descender a los cimientos, pasó de todo. Cuando me fui encontrando con la obra que estaba guardada en el sótano del edificio donde vivo, me sorprendió lo representado en esas  dos décadas. Porque antes había tirado toda la obra de los once años de academia, más talleres dictados por distintos artistas, como así también, los compartidos con otros colegas.

– ¿Por qué fueron elegidos los artistas y especialistas que te acompañan?
Porque a lo largo de mi larga vida, cambié varias veces de profesión, y partir del 2006, después de haber trabajado 20 años en la gerencias comerciales de Radio Rivadavia y en el Financial Time y además de los 30 años de docencia en Educación por el Arte en el nivel primario y medio, decidí juntar esas experiencias y convertirme en marchand, difundiendo la obra de jóvenes artistas que ahora me acompañan. El slogan de “El arte de invertir en arte”, organización que dirigí por 12 años, tuvo la intención de promover la venta de jóvenes talentosos que me acompañan.

-¿Cómo es tu proceso creativo ante una obra?
Siempre es a partir de la emoción, y como “el arte sucede” como decía Whistler, pasé por varias escuelas desde el más riguroso figurativo, hasta llegar a la abstracción y geometría desordenada.

– ¿Qué momentos de tu carrera reviviste o recordaste a la hora de armar esta retrospectiva?
Muchos. Entre ellos, mi regreso a la ciudad en la que nací, Buenos Aires, después de haber vivido ocho años en el campo, donde sólo ilustré dos libros de poemas. Recuperé el amor por la pintura de la mano de Gabriel Messil, de quien diría que fue un gran maestro, riguroso pero que lograba que los alumnos entregaran lo mejor de sí, lo más profundo de su ser, a la obra. La importancia de recuperar el taller, una instancia fundamental para cualquier artista. Recordé las muestras de las cuales fui parte, entre ellas, las compartidas y las individuales, en diversas galerías, La Ruche, Del Retiro, Julia Lublin, Niko Guland. Los cambios de procedimientos en la pintura, desde el grabado, la acuarela, el acrílico en diversos soportes.

-¿Cuáles fueron tus influencias artísticas más importantes, tanto de las artes visuales como de otras áreas?
El gran maestro de música Vicente Scaramuza, compartiendo con Marta Argerich la técnica del piano; Emilio Petorutti, artista que elegí mucho antes de conocerlo personalmente, aún siendo niña que me becó en su taller ni bien terminé la Academia de Bellas Artes Prilidiano Puyerredón. También haber ido de niña al Teatro Colón, para escuchar conciertos de piano y sobre todo las puestas de ópera; también me llevaban los fines de semana a ver todas las obras de teatro que representaban las mejores compañías del mundo que nos visitaban y a las cuales yo iba con mis abuelos desde mis cuatro años; tomé clases de danza con María Fux, y el mundo del teatro influyó para que me convirtiera a los veinte años en titiritera, profesión que desempeñé durante veinte años, con Ariel Bufano con quien tuve tres hijos y con Javier Villafañe.

– La muestra y las charlas que la acompañaron ponen el foco en la visibilización de las artistas argentinas. ¿Cómo crees que se están dando las cosas en el campo cultural en esa dirección?
Las mujeres artistas siempre existimos, pero durante décadas fuimos ignoradas. Casi no existen libros que muestren las obras de tantas pintoras. Recuerdo a Marta Pelufo, Raquel Forner, María Teresa Roy, Elba Fábregas, Aída Carballo, Mane Bernardo, Emilia Bertolé y tantas otras. Esta muestra se inscribe en un momento histórico, en el que tantas mujeres levantan su voz para señalar las desigualdades de las que somos parte.