«Sagrada», de Gonzálo Gálvez Romano

Gabo Baigorria leyó «Sagrada», de Gonzálo Gálvez Romano, y escribió una reseña para el portal de noticias Indie Hoy. En el texto, Baigorria no solo recorre los personajes y los objetos que dan continuidad a «Sagrada», sino que también arriesga diferentes aproximaciones a la hora de definir el libro.

¡Si seremos miserables que para vivir tenemos
que vender nuestro propio meo!

….

Sagrada es inclasificable. Es un libro, sí. Pero ingobernable.

Sagrada es una novela o un libro de cuentos. Pero podría ser también una película en episodios. O una nueva versión de “Los Olvidados” de Buñuel, un tanto más rioplatense.

Sagrada también es un lugar, un pueblo, un barrio, en el que todos los cuerpos son indestructibles hasta que mueren. Un lugar en el que existen personajes con particulares códigos, como el viejo Aníbal, de “El bueno”.

“(…) mira, Mabel, vos sabés que yo en mi vida hice cagadas de todo tipo y color, pero que en el fondo soy bueno. Por ahí alguna vez me choreé algo, vendí porquerías a los pibes y metí alguna cuchillada, pero maldades grandes no, para eso no tengo estómago.”

O como El Risa, que hace un dibujo que hace llorar a quien lo mire, salvo a los perros. Con los perros no funciona. Se le ríen en la cara los perros al Risa, que se pasa de merca, “baja dos ratis” y termina mal.

O la mina a la que le dicen la Bolita, pero que en el fondo es paraguaya.

O Nelsiton, que para que lo sigan respetando en el barrio, elige matar a su propio hermano.

O el Yogui, una especie de sicario adicto a la cocacola y fanático de las películas de Disney.

Sagrada hace de la lectura un ejercicio activo porque crea su propia genealogía de personajes y de objetos, que parecen estar ahí sólo para generar tragedias, muerte y desconsuelo.

Unos zapatos perdidos, una campera Adidas, un camión de coca cola que vuelca, un alfajor Guaymallén, un bolso con el dinero que pagará el rescate de un secuestro, un Tramontina, el pañuelo de un mago que hace aparecer monedas de un peso.

Los objetos parecen tener una relevancia superior, provocar un efecto sobre los actos de los personajes. ¿Son realmente de tal importancia o sólo son una buena excusa para contar las historias?

¿Por qué la necesidad de crear un lugar para contener estos personajes e historias que podrían existir y ocurrir en cualquier lugar conocido?

¿Qué es Sagrada, el libro? ¿Qué es Sagrada, el lugar?

No sé.